jueves, 27 de noviembre de 2014

El Circo de las Elecciones

La noche del 29 de octubre parecía que el destino del fútbol peruano tomaría nuevos rumbos. La noticia de la tacha a Manuel Burga para postular –nuevamente– al sillón de la Federación Peruana de Fútbol se volvió, en ese momento, la noticia del año. Las redes sociales colapsaron con la información y cada hincha, emocionado, no dejaba de emitir su opinión al respecto, precisamente, horas previas a la Noche de Brujas.
Todo indicaba que luego de largos años de sequía de resultados favorables a nuestro país –salvo honrosas excepciones, como lo hecho por los “jotitas”–, se podía dar el verdadero cambio del fútbol peruano. Pero más que cambio, el hincha mostraba su alegría por la no continuidad de Manuel Burga como presidente.
Lamentablemente, quedó en evidencia que lo que se vive en la Federación Peruana de Fútbol (FPF) es una total dictadura, donde Manuel Burga hace y deshace a su antojo de la mano de las Ligas distritales que son su principal respaldo.
A partir de ese momento se armó todo un lamentable circo. Tras las tachas del Comité a Burga y Lozano, el propio Burga desacreditó al Comité electoral de Noriega –que él mismo escogió– y anuló las elecciones. Dejó fuera de carrera a Ames, quien era el único habilitado y alargó el suplicio dirigencial en el fútbol peruano. Lozano, el otro candidato en carrera, también había sido tachado y señaló que “él fue el principal perjudicado”, mientras que Ames se la pasó gritando a viva voz en la Videna pidiendo justicia. 

Es evidente que la FIFA blinda a sus presidentes y a los que forman parte de su entorno, por ello la amenaza constante de una desafiliación en caso exista intervención, una forma de coacción directa para que ni el Congreso ni otras autoridades puedan “presionar” hacia un cambio. Queda claro que el poder que otorga un cargo como presidente de una Federación es enorme y, sin duda, debe ser anhelado y ansiado por muchos. 

Y esto se da por una razón clara, ¿Acaso es posible que las Ligas departamentales tengan el mismo peso que los clubes profesionales? ¿Y los votos de la Segunda profesional? He aquí el real problema, porque Burga como Presidente de la Asamblea de Bases prácticamente maneja a su antojo el tema, con el único rechazo de la Universidad San Martín. 
¿Qué se espera?, lo inmediato son nuevas elecciones. El escenario debe ser el mismo. Ames aun no confirma si postulará, pero en todo caso, ¿Es la persona idónea para ese cargo? Los antecedentes tampoco juegan mucho a su favor. El otro en carrera es Agustín Lozano, quien asegura que ganará pero que también ha formado parte del entorno de Burga. Entonces, ¿De qué renovación dirigencial estamos hablando?
Debemos decir que la dirigencia peruana pasa por una profunda crisis. A lo acontecido con la FPF, se suma la renuncia de Francisco Boza al mando del Instituto Peruano del Deporte. Una lamentable noticia para una persona que estaba haciendo una aceptable labor. 
Nos queda solo decir, una vez más… Dios salve al fútbol peruano
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